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Cada 5 de febrero celebramos Santa Águeda, una fiesta muy arraigada entre las mujeres, ya que en ella se reivindica el papel de la mujer en la sociedad. Además, en Aragón lo celebramos con la Reliquia de Santa Águeda, un delicioso bollo relleno de nata y trufa, con cobertura de chocolate.

Además, desde hace diez años, tiene un marcado carácter solidario, porque en Martín Martín colaboran con el 10% de las ventas la reliquia de Santa Águeda con la Asociación AMAC GEMA, en la lucha contra el Cáncer de Mama, y en todo este tiempo han aportado más de 35.000 € a la asociación.

¿Dónde nace esta tradición?

Santa Águeda de Catania fue una joven cristiana que vivió en el siglo III D.C y fue martirizada durante las persecuciones del emperador Decio. Es venerada como santa, virgen y mártir por la Iglesia católica, que honra su memoria el 5 de febrero, día de su muerte.

Según los escritos, en tiempos de las persecuciones contra los cristianos, el procónsul de Sicilia quería los favores de la joven Águeda, que había ofrecido su virginidad a Jesucristo, y como esta se negó, ordenó torturarla y que le cortaran los pechos. La santa, lejos de amilanarse, milagrosamente curó sus heridas, aunque fue arrojada sobre carbones al rojo vivo y revolcada hasta que encontró la muerte, momento en el que lanzó un gran grito de alegría al expirar, dando gracias a Dios.

Según cuenta la leyenda, el volcán Etna hizo erupción un año después de la muerte de la santa y los pobladores de Catania pidieron su intervención logrando detener la lava. Desde entonces es patrona de Catania, Sicilia y es invocada para prevenir daños de tormentas y volcanes

También se recurre a ella con los males de los pechos, partos difíciles y problemas con la lactancia. Se la considera protectora de las mujeres y es la patrona de las enfermeras. Se la ha representado en el martirio, colgada cabeza abajo, con el verdugo armado de tenazas y retorciendo su seno y también se la representa como protectora contra el fuego.

Por eso, hace ya unos años que la asociación de Pasteleros de Zaragoza, para conmemorar esta fecha, desarrolló la reliquia de Santa Águeda, un pastel con forma de teta, que inmediatamente tuvo un gran éxito entre el público en general, tal como nos transmiten desde Martín Martín, que también elabora su propia reliquia en su obrador artesano de pastelería.